Un lugar donde dormir tranquilo…en tiempos de barbarie
Por Estela Rojas de Chicos del Sur
“Lo que quiero, como mi derecho de ser niño, es un lugar donde dormir tranquilo, una oportunidad para los chicos que están en la calle. No un instituto donde los caguen a palos y los metan en cana, sino un lugar donde les den amor y les enseñen las cosas que no aprendieron en la calle”.
Andrés de Torcacitas, un hogar que abraza a niñas y niños en Banfield
Amanece. En las noticias como al pasar cuentan que en San Juan un grupo de vecinos linchó a un joven que se robó un celular. El pibe, Cristian Cortez, quedó en coma farmacológico y a los dos días murió.
En este caso no fue la policía, fueron vecinos ¿quiénes son los que golpean?, ¿cuál es la fuerza que impulsa el puño que impacta?, ¿cómo se construyó el odio que busca la venganza social?
El día avanza y otra noticia muestra a “pibes pirañas” que atacan en la ciudad de La Plata. El periodista nos cuenta que el mismo día fueron entregados a sus padres. “-Entran por una puerta y salen por la otra», repite y acentúa para cerrar la nota un cronista desconocido que aporta su parte a la construcción de sentido que a la mañana devino linchamiento.
Los datos desestiman lo dicho pero pocas veces se usan:
Los institutos de menores colapsan en su capacidad de alojamiento
La incidencia de menores de edad en delitos es baja y que la mayoría son cometidos sin armas.
Si se toma la totalidad de los delitos registrados en el CAD en 2015, que ascendieron a 3033 hechos y tienen que ver con 2539 causas penales, se observa que el 53,5 por ciento, corresponde a delitos contra la propiedad sin armas (1623). Le siguen los delitos contra el Estado y el orden público, con el 17,9 por ciento de los hechos (de los cuales casi la mitad de las aprehensiones –46,8 por ciento– se consignaron como atentado y resistencia a la autoridad; y 40,9 por ciento, por infracción a la ley de Estupefacientes, es decir, mayormente casos de adolescentes fumando un porro; y en tercer lugar, por tenencia de armas, en 7,6 por ciento de los hechos). A continuación, se ubican los delitos contra las personas sin armas (13,5 por ciento); otros delitos (7,8 por ciento); delitos contra la propiedad con armas (6,1 por ciento); delitos graves contra las personas (0,9 por ciento) y delitos contra la integridad sexual (0,2 por ciento). Sumando los primeros cuatro tipos de delitos, se llega al 95,7 por ciento de los ingresos en 2015 al CAD. Ninguno de ellos son delitos graves. (Página 12- 6-1-17)
Entonces volvemos a preguntarnos por qué el odio llega al punto de convertirnos en bestias. Los medios de comunicación insisten poniendo a los pibes en el centro del horror. El presidente Macri y su ministra de seguridad dan evidentes muestras de satisfacción y promueven la barbarie.
Se construye al niño pobre, morocho, marginal como el enemigo a combatir y eventualmente destruir. Es necesario desangelar, desalmar para justificar la horda asesina y sedienta de sangre. Estos niños ya no son parte de la humanidad, apenas un despojo despreciable que envilece la vida de los demás.
La tarea que las organizaciones sociales de niñez llevamos adelante, dan cuenta de la posibilidad que tienen niños y niñas de transformarse y transformar su entorno cuando tienen la oportunidad. Así lo dicen, sin vueltas, los chicos y las chicas cada vez que los dejamos. Dice Andrés, quiero para los chicos…un lugar donde les den amor y les enseñen las cosas que no aprendieron en la calle.
Maravillosa reflexión. Una mirada, un oido y un abrazo. Con ternura venceremos