RUCA DE FIESTA
Como los goles (los goles nuestros, claro), como el nacimiento de los hijos, como los brindis, como los amores, como las primeras palabras y los primeros pasitos, la fiesta de fin de año de Ruca Hueney es de ese tipo de cosas que siempre nos hacen sentir igual… pero distinto.
Lo nuevo que siempre se repite y lo invariable que en nuestros corazones cada año tiene un calor distinto otra vez se juntaron en Ruca, esta vez para despedir un 2016 ajado y transpirado. Para celebrar un 2016 recorrido con los puños apretados pero juntos y cantando. Sonriendo siempre.
Cada año parece que ya no puede llegar más gente. Pero no, caen más y la sombra verde de los árboles abraza a las familias del barrio con las organizaciones. Y junta a los amigos y las amigas con los sicuris, a los compañeros y las compañeras con los murgueros, a los militantes con las bandas, a los bailarines de chacarera con los tangueros y las batucadas.
Cada año también está el acto de la Escuela Comunitaria. Con Bandera de Ceremonia, Wipala, escoltas e Himno. Con el reconocimiento a los pibes y pibas, a los educadores y educadoras, a las familias de la primaria y la secundaria agrotécnica que, todos juntos, nos educamos unos a otros.
Y nuestros pibes y pibas juegan. Al fútbol, a la escondida, a la mancha. A todo.
Los nenes y las nenas juegan y los cuatro chanchos con pelo de Ruca ya están listos. Un eficaz pelotón de asadores lo troza y reparte bandejitas descartables con carne blanca y dorada para más de 300 personas. Desde la cocina otro equipo tiene listas las ensaladas.
Argentinos al fin, celebramos comiendo.
La sobremesa se estira y se hace mate. Más música, más charla. No hay apuro porque hay que aprovechar que estamos todos juntos y hay que tomar fuerza para el año que viene.
Casi que con las organizaciones de Niñez y Territorio cerramos el 2016 con la Caravana de los Pibes y las Pibas de La Plata a Buenos Aires. Casi que sabemos que el 2017 también vamos a tener que salir a la calle. Así que nos despedimos abrazándonos y respirando hondo.
Sonriendo y cantado siempre.