En la Ciudad de Buenos Aires agua hay pero no es para todos
Sobre el acceso al agua potable en las villas del sur de la Ciudad de Buenos Aires. Entrevista a María Eva Koutsovitis, ingeniera civil integrante de la Organización Social Salvador Herrera por Clarisa Gambera
Las aguas bajan turbias… y a veces ni bajan
El agua potable es un derecho humano porque de ella depende la vida de las personas, la Argentina adhirió en la ONU a esa Declaración. En nuestro país el acceso al agua potable tiene rango constitucional en el artículo 75 inc. 22 pero la realidad es que el Estado no garantiza esta cobertura a toda la población.
El Censo 2010 nos permite trazar un mapa de todo el país sobre la accesibilidad a este servicio público básico: En el promedio para todo el país, sólo el 51% de los hogares cuenta con servicios de agua potable y cloacas con conexión a la red pública dentro de la casa. Sólo en el GBA hay unos 800 mil hogares en situación delicada. La provincia con más déficit es Misiones donde sólo el 18% de las viviendas tienen agua y cloacas conectadas a red pública con cañería dentro del hogar.
En la Ciudad de Buenos Aires, en los últimos 10 años aumentó la cantidad de hogares sin acceso a servicios básicos: desagüe a red cloacal, agua de red o gas de red.
Las peores condiciones de vida de la Ciudad la padecen quienes habitan el sur donde están las comunas 4, 8, 9 y 10. Es allí donde encontramos el porcentaje más alto de hogares que no cubre las necesidades básicas. Las comunas 4 y 8 son las más pobres y en las que viven más chicos/as. Allí también falta el agua.
Nosotros siempre tenemos que arrancarles los derechos luchando…
Es sábado a la tardecita, hace frío pero igual un grupo de vecinos y vecinas se acerca a la convocatoria a asamblea por el acceso al agua en Loma Alegre, uno de los sectores de la Villa 21 24 la más altamente poblada (50 mil habitantes) de la Ciudad de Buenos Aires. Aquí no hay agua potable.
En la Ciudad agua buena hay, pero no para todos…
En la Ciudad de Buenos Aires hay habitantes que no acceden a este servicio público. Una ciudad con doble estándar en el acceso a derechos de sus ciudadanos; con ciudadanos de primera y otros que habitan la precariedad y la emergencia.
Cabe diferenciar que no es lo mismo que haya escasez de agua que falta de acceso.
La falta de agua apta para el consumo es un aspecto más de la inequidad y la exclusión social, una más de las discriminaciones que sufren en el área metropolitana los barrios más pobres porque las zonas con cobertura más deficitaria o sin cobertura del servicio público de agua potable coinciden con las zonas más pobres.
La desigualdad en la provisión del servicio público de agua potable y saneamiento expone a un sexto de la población de la Ciudad de Buenos Aires a una grave situación de vulnerabilidad y riesgo sanitario.
Los menos privilegiados son los niños
La falta de agua, fuente de vida, impacta directamente en la calidad de vida de las personas y limita otros derechos como a la salud, a la educación y al trabajo. Los más afectados por su carencia son los niños.
Según Unicef, la mortalidad infantil está estrechamente asociada a la falta de agua potable y adecuado procesamiento de los residuos cloacales. El contacto de los niños menores de 1 año con agua y entornos contaminados por desechos orgánicos es uno de los principales factores que genera las enfermedades desencadenantes de la muerte prematura. Las muertes por diarrea, primer causa de la mortalidad infantil en nuestro país, son muertes evitables.
Estas enfermedades se contagian por múltiples vías: beber o tener contacto con agua contaminada, por la ingesta de alimentos regados con aguas servidas, y por falta de higiene personal (lavado de manos) y de los alimentos. Asimismo se consideran las enfermedades transmitidas por vectores proliferados en el agua (dengue, por ejemplo) y también las generadas por la presencia de sustancias contaminantes como mercurio, arsénico y plomo.
La posibilidad de que los chicos/as puedan ejercer sus derechos está relacionada con el acceso al trabajo de sus familias y está condicionado por las características de los hogares que habitan. El servicio público de acceso a agua potable y saneamiento (hogares que no disponen de agua, con agua provenientes de origen dudoso, con ausencia de cloacas) determinará las trayectorias de sus vidas.
Casi son las 6 pm en la villa, con una pizarra, quienes vienen organizando esta lucha por el agua desde la organización territorial Salvador Herrera, explican qué obras hacen falta y vuelven a contar -por si hubiera quien no lo sepa- la pelea que se viene dando con AySA en la que lograron que se aprueben las obras y que la empresa se comprometa a la entrega de agua envasada, lo que les permitió una salida urgente de la emergencia sanitaria en la que estaban. Agua que, desde la propia organización deben repartir entre sus vecinos hace un año mientras esperan las obras que no llegan.
Están otra vez a punto de salir a la calle a pelear “porque es la única manera en que nos escuchan” explica José, referente de la organización en la Villa 21/24 mientras Cristina una de las integrante de la Salvador Herrera que impulsó esta lucha cansada de vivir sin agua, habla con las vecinas, les cuenta que se está pintando un mural para que nos recuerde que el derecho al agua es un derecho humano y las convoca para que la asamblea tenga fuerza.
En este contexto entrevistamos a María Eva Koutsovitis. Ingeniera civil que integra el Frente Salvador Herrera de la CTA Capital, un frente de organización villera. Ella trabaja en la Facultad de Ingeniería de la UBA, en el Departamento de Hidráulica donde es docente investigadora y prosecretaria del departamento.
Eva nos cuenta que desde la organización están trabajando el acceso al agua potable en las villas de la Ciudad de Buenos Aires y que la injusticia radica en que, para las villas de la Ciudad, el abastecimiento del agua potable y el servicio de cloaca no lo presta la empresa AySA.
Eva: En las villas el tendido de agua y cloacas lo realizan los vecinos, de manera autogestionada, como pueden sin recibir en general ningún tipo de apoyo técnico por lo tanto la calidad del agua que consumen no es controlada por ningún organismo del Estado y además la calidad de esas obras es muy precaria. Nosotros tenemos en las villas mangueras, muchas de ellas están pinchadas. Para resolver o para evacuar los afluentes cloacales lo que tenemos son precarias redes, precarias cámaras, pozos ciegos que muchas veces están dentro de las mismas casas. Yo me acuerdo el año pasado en el barrio Rodrigo Bueno donde un nene murió aplastado por el pozo ciego que estaba dentro de su casa, se desmoronó el pozo ciego”.
C.: Si tuvieras que sintetizar la situación sanitaria de las villas de la Ciudad…
E.: Sin duda diría que la situación sanitaria de las villas de la Ciudad de Buenos Aires es altamente crítica. En primer lugar porque toda esa población, que es un sexto de la población de la Ciudad, consume agua que nadie controla. En segundo lugar porque cada vez que llueve se inundan, porque además de no contar con los servicios básicos de agua y cloaca q son los que, para el resto de los barrios presta AySA, tampoco cuentan con desagües pluviales por lo tanto cada vez que llueve se inundan y cuando se inundan se inundan con agua de lluvia mezclada con líquido cloacal.
C.: Si tuvieras que establecer consecuencias para los chicos/as que habitan estos territorios.
Muchas veces también lo que tenemos son villas asentadas sobre terrenos contaminados por lo tanto la falta de desagües pluviales genera que cada vez que se inundan además del agua mezclada con líquidos cloacales lo hacen con metales pesados y sustancias peligrosas que están presentes en el suelo.
Por eso es que en muchas villas constatamos la presencia de plomo en sangre en los chicos. Hablamos de una población que se encuentra expuesta a vivir en un ambiente altamente contaminado y a sufrir las consecuencias de eso. Altísimas tasas de forúnculos tanto en niños como en adultos, diarreas en lactantes y en niños sabiendo que las diarreas en lactantes son muy graves por lo tanto las tasas de mortalidad infantil en las villas es mayor que fuera de ellas. El sólo hecho de consumir agua potable o no determina la calidad de vida y en el caso de los niños determina la mortalidad infantil sin duda.
C.: Desde Niñez y Territorio, en los encuentros de formación y debate tratamos de visualizar el rol del Estado en relación a nuestra vida cotidiana en los barrios, en ese marco surgió la necesidad de mapear la presencia del Estado y las ausencias. La presencia que los pibes/as nombran en primera instancia es la de las fuerzas de seguridad una presencia de control duro, represivo y luego fueron apareciendo otras agencias vinculadas a salud, educación y lo deficitario de esas presencias. Al momento de pensar en las ausencias totales, surgió la ausencia en lo que refiere a la infraestructura. La ausencia del Estado es también la ausencia de cloacas, de redes de agua potable, de calles para que puedan entrar las ambulancias…
E.: Es que es así, AySA la empresa que presta el servicio de agua y cloaca tiene un organismo que la controla pero dado que las villas no forman parte del área de prestación de AySA el organismo de control no controla entonces qué es lo que pasa, el agua que vos consumís dentro de la villa no es problema de nadie es sólo problema de los villeros y esa es una de las mayores desigualdades que yo veo en la Ciudad. El servicio básico sanitario de agua y cloaca no es el mismo para quien vive en un barrio formal y se lo garantiza AySA y se lo controla el ERAS (Ente Regulador de Aguas y Saneamiento) que para quien vive adentro de una villa que no se lo controla nadie. Y si una manguera atraviesa una cámara cloacal y se contamina de líquido de cloaca no pasa nada.
Hace poco vivimos el caso de Berazategui, en ese caso hubo enfermos graves y al menos dos chicos muertos porque el agua se había contaminado con líquido cloacal, el agua que consumían. La verdad es que en todas las villas de la capital está latente el peligro de que quienes viven ahí consuman líquido cloacal. De hecho eso se constata porque enfermedades como los forúnculos y las diarreas tienen que ver con agua que eventualmente ha estado en contacto con materia fecal o líquido cloacal.
La situación se agrava cada verano, en general, cuando aumenta la demanda de agua. En las villas de la Ciudad prácticamente esas mangueras no transportan agua lo que obliga a quienes viven en las villas a conectar motores para chuparle agua a las mangueras entonces… imaginate. Esas mangueras están tiradas por los pasillos arriba de suelos que están contaminados con líquido cloacal y contaminados, en algunos casos con metales pesados, vos conectas esos motores para chupar las dos gotas de agua que desde la periferia de las villas venís transportando y arrastras todo lo que se encuentra alrededor. Eso tiene como consecuencia chicos con enfermedades raras o que se encuentran contaminados con metales pesados. Es una exposición continua a ese ambiente contaminado no saneado. La realidad es que el distrito más rico del país tiene a un sexto de su población en esas condiciones y eso es una situación criminal.
C.: Lo que queda claro es el doble estándar en términos de ciudadanía para los habitantes de las villas de la Ciudad de Buenos Aires. La falta de acceso al agua potable también genera que se vulneren sus derechos a la salud, a la alimentación, a una vivienda digna, a vivir en un ambiente no contaminado.
E.: El derecho al acceso al agua es un derecho constitucional pero no sólo eso. La Ciudad de Buenos Aires lo tiene dentro de su propia Constitución, establece en una de sus leyes garantizarles el acceso al agua potable a todos los habitantes de la ciudad, a todos. Y el acceso al agua potable como derecho humano lo ha ratificado la Corte Suprema de la Argentina en un fallo que tiene dos años. Por lo tanto desde todo punto de vista es una vulneración de derechos.
C.: Cómo se entiende que, si el acceso al agua potable de todos los habitantes es un deber establecido en la Constitución de la CABA, la empresa encargada de proveer este servicio público excluye a parte de la población de la Ciudad de este derecho.
E.: Bueno esta es la paradoja, cómo puede ser que una empresa que en un 90 % es estatal no le esté prestando el servicio a las villas de la Ciudad de Buenos Aires cuando ahora lo que va a hacer es ampliar su área de concesión a 10 nuevos distritos de la provincia de Buenos Aires. Entonces si tiene capacidad esta empresa de ampliarse la verdad es que con más razón tiene la capacidad de prestarle el servicio a una superficie tan pequeña como son las superficies que ocupan las villas que concentran alta cantidad de población en ese territorio pequeño. Así que la realidad es que no vemos un impedimento de ningún tipo, no vemos cuáles son los argumentos para que AySA no haga las obras.
Desde el Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la UBA presentamos notas, desde la CTA, desde el Frente Salvador Herrera. Elaboramos informes técnicos para aportar la solución técnica en algunos casos puntuales y la respuesta hasta ahora ha sido la entrega de agua envasada en la villa 21 24.
Los compañeros de la organización que viven en la 21 24 entregan 10 mil litros de agua potable todas las semanas en sache y los chicos vienen de la escuela guardan el delantal y guardan el sache de agua. La verdad es que es una foto tremenda que no resiste ningún análisis. Porque la desigualdad también se mide en el tiempo y el trabajo que deben invertir quienes habitan en las villas para acceder al agua potable y el costo alto que deben invertir los pocos que pueden resolverlo en el mercado comprando agua envasada. Así es que en los barrios con más necesidades de la Ciudad el agua es más cara que en ningún otro.
Si uno se pone a pensar cuánto cuesta esta desigualdad para el propio Estado, solo la villa de Fraga y Carbonilla, por mes, gasta el camión cisterna del Gobierno de la Ciudad 640 mil pesos en entregar agua. Multiplicá eso por el resto de las villas y multiplicalo por los 10 años de concesión de AySA…entonces uno empieza a pensar que hay un negocio detrás de esto, es el negocio de la emergencia y el negocio de la vulnerabilidad porque realmente no se entiende por qué. Pensemos en estos años la cantidad de millones que se hubieran ahorrado porque además del camión cisterna que entrega agua está el hidrocinético y está el que destapa los pozos ciegos, las cámaras colapsadas, las redes precarias. Entonces realmente cuánto dinero gasta el Gobierno de la Ciudad para mantener la emergencia y mantener esta desigualdad en vez de simplemente modificar el contrato de concesión de AySA y decirle a la empresa, a partir de ahora la villas forman parte de tu área de concesión.
C.: Tenés mapeado en la Ciudad de Buenos Aires cuáles son los focos más conflictivos respecto del acceso al agua potable.
E.: En general son las villas del sur. AySA presta el servicio solo en vías públicas, por lo tanto quienes no viven lindando una vía pública, es decir dentro de los pasillos de las villas, no reciben el servicio. Qué hace AySA…en la periferia de la villa te habilita alguna conexión para que vos vayas y te conectes y es ahí donde van los vecinos. Conectan una manguera y van tirando las mangueras hacia adentro de los barrios y de esa manera se abastecen.
Lo mismo sucede con la cloaca. AySA te habilita un punto de descarga en la vía pública, como pueden los vecinos ejecutan las obras de cloacas para poder descargar en esos puntos.
En la zona sur la presión y la cantidad de agua en los sistemas de distribución es muy baja, la verdad es que el servicio es muy deficitario en la zona sur de la ciudad por lo tanto cuando con esta mangueras van hacia la periferia de las villas a poder conectarse y entran al barrio prácticamente no hay presión y no sale agua. Ahí está por ejemplo Villa 20, ahí están las manzanas 28, 29 y 30 con un reclamo histórico por falta de agua.
C.: Qué hiciste hoy por el Dengue, es el lema de la campaña de prevención realizada por el Pro que opinión te merece dado que esta enfermedad también se vincula con el agua de alguna manera
E.: La realidad es que, a esta emergencia sanitaria de la que veníamos hablando ahora se le monta la problemática del Dengue. Sin duda, si vos tenés que juntar agua en baldes, cacerolas y cacharros, esa pregunta es ofensiva. En los barrios vemos a mujeres y niños recorriendo grandes distancias para ir hacia un punto en la periferia a buscar agua o ir hacia un punto dentro de la misma villa donde alguna manguera tiene algo de agua y después caminan esas largas distancias con ese peso y suben escaleras caracol con cacerolas con agua y muchas veces son nenes y nenas pequeños…Cuando uno no tiene acceso al agua potable lo único que le queda es juntarla en recipientes, acumularla para poder usarla y todos sabemos que la larva del mosquito trasmisor del Dengue se cría en agua clara por lo tanto también hemos constatado muchísimos casos de Dengue este verano en las villas de la Ciudad. Casos que fueron invisibilizados, subregistrados. La realidad es que en el Hospital Penna, el área de infectología estaba muy preocupada.
El Dengue, que en la Villa la 21/24 explotó se vincula con la falta de acceso seguro al agua. Si para acceder al agua tenés que juntarla en un cacharro realmente es muy perverso que el gobierno te pregunte qué hiciste por el Dengue y te diga descacharrizá.
Sin duda la campaña del Dengue ha sido siniestra. Primero apelando a la acción individual, el dengue se combate con políticas sanitarias no con la acción individual de un porteño que se descacharrizá y la epidemia no es culpa de los que juntan el agua en cacharros porque es la única posibilidad que tienen.
C.: Para terminar, contanos la experiencia en Fiorito donde lograron visibilizar la relación entre la falta de acceso al agua potable y la salud de los chicos/as.
E.: Fue un trabajo positivo y triste. En toda esa zona que es la zona de Cuartel Noveno, una zona de Lomas de Zamora -que incluye a Fiorito Lamadrid, Olimpo, Bunge, Villa Amelia- son barrios humildes que se encuentran en la cuenca baja del Matanza Riachuelo hay organizaciones que históricamente vienen llevando adelante el reclamo por agua potable, cloaca y pluviales. Una de ellas es el Foro Hídrico de Lomas, yo formo parte de esa organización, aprendí muchísimo de esa organización, ellos llevan 14 años reclamando por la vida en un ambiente sano, el acceso al agua y por las obras hídricas que eviten que se inunden cada vez que llueva. Junto con esta organización trabaja también la Fundación Che Pibe y otras organizaciones comunitarias, piqueteras, estudiantiles, la iglesia…En ese momento nosotros le acercamos a los funcionarios posibles soluciones técnicas y la verdad es que en un momento nos dimos cuenta que pensar en el agua, la cloaca, el ambiente sano, los pluviales no tenía objeto si lo pensábamos por fuera de la infancia entonces nos potenciamos en el trabajo y se sumo la facultad para relevar que era lo que pasaba, en relación al agua, en relación a la familia, en relación a los chicos y la realidad es triste.
Ahí los educadores notaban que los chicos tenían problemas de aprendizaje, los chicos no lograban desarrollarse completamente, las tallas y el peso de los chicos era menor al que indica la OMS y en un momento nos dimos cuenta que todos esos chicos estaban contaminados. No solo experimentaban las diarreas, los forúnculos sino que además estaban contaminados con plomo. Eso fue constatado por la ACUMAR en los barrios de Villa Fiorito y Lamadrid.
El plomo en sangre justamente lo que provoca en los chicos es eso, que no crezcan, que tengan bajo peso, que sus capacidades cognitivas se vean seriamente comprometidas. Todos tenían problemas de aprendizaje, todos tenían problemas de conducta. Antes no nos habíamos puesto a pensar cuánto de esto tenía que ver con el ambiente en el que vivían y al que estaban expuestos. Ahí logramos hacer una campaña colectiva con muchas organizaciones y se relevaron 900 familias y la verdad es que el resultado era tremendo. En todas las familias había un miembro enfermo que en general siempre eran los chicos. Esa campaña hizo pública la problemática pero la verdad es que poco hemos avanzado en alcanzar la solución, si no hay decisión política es muy complicado.
En la Ciudad de Buenos Aires ACUMAR hace un relevamiento en las poblaciones que se encuentran en las orillas del Riachuelo que son parte de la Villa 21 24 y encuentra que el 25 % de los pibes tiene plomo en sangre.
La realidad es que es criminal hipotecar la vida de nuestros chicos exponiéndolos de esta manera, esto es completamente evitable. Vi nenes con concentraciones altísimos de plomo en sangre que tenían un año y medio, el plomo se acumula progresivamente …si al año y medio tu organismo está lleno de plomo es porque el ambiente en el que vivís es una trampa mortal.
Gracias por las fotos a César Garzón y GraCe Prounesti Piquet
Excelente nota, gracias. Nos hace caer en cuenta de todo lo que nos falta trabajar en el derecho al agua potable. Gracias a la Catedra de Ingenieria y al Foro Hidrico por su compromiso.
Gracias por el artículo! Me parece excelente la visión de complejidad, la relación intrinseca entre desigualdad, agua contaminada y niñez. Es fundamental el estudio de estas tensiones y a pesar de ello no son demasiados los textos al respecto.